Es frustrante ver cómo asuntos tan graves como una posible guerra nuclear entre dos potencias mundiales pasan desapercibidos frente a noticias sensacionalistas o triviales. Pero esta realidad también nos invita a ser consumidores más críticos de la información, a buscar fuentes alternativas y a exigir a nuestros medios una cobertura más responsable y global.

Como decía Umberto Eco: “La televisión nos ha hecho acostumbrarnos a recibir imágenes sin pensar en lo que significan” . Quizá hoy más que nunca, necesitamos recuperar la capacidad de mirar más allá de la pantalla.