Un análisis imparcial: Historia y actualidad en el conflicto israelo-palestino


1. Contexto histórico amplio: La descolonización del Oriente Medio

El conflicto entre Israel y Palestina debe entenderse dentro del contexto más amplio de la descolonización del Oriente Medio. Tras la Primera Guerra Mundial, el colapso del Imperio Otomano dejó vastos territorios bajo control de potencias europeas, que dividieron estas regiones en nuevos Estados a través de acuerdos como el Tratado de Sèvres (1920) y el Tratado de Lausana (1923).

Acuerdos y divisiones artificiales

Acuerdo Sykes-Picot (1916):

Un acuerdo secreto entre Gran Bretaña y Francia, con el apoyo de Rusia, dividió las antiguas provincias otomanas en zonas de influencia. Este trazado ignoró las realidades étnicas, culturales y religiosas de las poblaciones locales.

Creó fronteras artificiales que siguen siendo fuente de conflictos hasta hoy, como en Siria, Irak y Palestina.

Mandato británico de Palestina (1920-1948):

La Sociedad de Naciones otorgó a Gran Bretaña el control sobre Palestina. Durante este período, Gran Bretaña prometió a los judíos un "hogar nacional" mediante la Declaración Balfour (1917), mientras también aseguraba a los árabes apoyo para su autodeterminación.

Estas promesas contradictorias alimentaron tensiones entre las comunidades árabe y judía.

2. La historia de Israel y Palestina: Desde la soberanía hasta la diáspora

Para comprender el conflicto contemporáneo, es fundamental considerar la historia de la soberanía judía en la región y su pérdida tras eventos históricos clave:

El periodo del Reino de Israel y Judá

C. 1020-930 a.C.: Los antiguos reinos de Israel y Judá se establecieron en la región, con su apogeo bajo los reyes Saúl, David y Salomón. Tras la muerte de Salomón, el reino se dividió en:

Reino de Israel (al norte).

Reino de Judá (al sur, con Jerusalén como capital).

C. 722 a.C.: El Reino de Israel fue conquistado por los asirios, y su población fue exiliada.

C. 586 a.C.: El Reino de Judá fue conquistado por el Imperio Babilónico bajo Nabucodonosor II, y el Primer Templo fue destruido. Esto marcó el inicio del Exilio Babilónico.

Periodo persa y retorno del exilio

538 a.C.: Ciro el Grande de Persia permitió a los judíos regresar a Jerusalén y reconstruir el Templo, inaugurando el Segundo Templo en 516 a.C.

Durante este tiempo, la región estuvo bajo control persa, pero los judíos tuvieron cierto grado de autonomía religiosa.

Dominación griega y revueltas judías

332 a.C.: Alejandro Magno conquistó la región, y tras su muerte, se estableció la dinastía seléucida.

164 a.C.: Los macabeos lideraron una revuelta exitosa contra los seléucidas, estableciendo la dinastía asmonea y un breve periodo de independencia judía.

Periodo romano y pérdida de soberanía

63 a.C.: El general romano Pompeyo conquistó la región, convirtiendo a Judea en un estado vasallo de Roma.

70 d.C.: Durante la Primera Guerra Judeo-Romana, el general Tito aplastó una rebelión judía, destruyó el Segundo Templo y devastó Jerusalén. Esto marcó el fin del Templo como centro religioso y la pérdida efectiva de soberanía judía.

Exilio definitivo y diáspora

135 d.C.: Tras la fallida revuelta de Bar Kojba contra Roma, el emperador Adriano prohibió a los judíos vivir en Jerusalén. La región fue renombrada como Provincia de Siria Palestina para borrar cualquier vínculo judío con la tierra.

Los orígenes de los palestinos en la región

El territorio que hoy se conoce como Palestina ha sido habitado desde tiempos prehistóricos y ha sido hogar de diversas civilizaciones a lo largo de los siglos. Durante el periodo de dominio romano, tras la rebelión judía y la subsiguiente diáspora en el año 135 d.C., la región fue denominada "Provincia de Siria Palestina". Desde entonces, la población local estuvo compuesta principalmente por árabes, que con el tiempo adoptaron el Islam durante el siglo VII con la expansión musulmana.

Periodo islámico temprano (siglo VII en adelante):

Palestina se integró en el Califato Omeya, con Damasco como su centro, y más tarde en el Califato Abasí, consolidándose como una región con mayoría árabe musulmana.

Jerusalén se convirtió en un importante centro religioso para el Islam, junto con el judaísmo y el cristianismo.

Dominio otomano (1517-1917):

Durante más de 400 años, Palestina fue una provincia del Imperio Otomano. La convivencia entre judíos, cristianos y musulmanes fue una característica notable, aunque bajo una estructura jerárquica que favorecía a los musulmanes.

Población palestina antes de la inmigración judía moderna

La población palestina tiene raíces antiguas en la región, que se remontan a los tiempos prehistóricos. Durante el periodo romano, los habitantes compartían el mismo territorio en una estructura provincial bajo Roma, que incluía a judíos, cristianos y otros grupos. Sin embargo, tras la revuelta judía y la diáspora del año 135 d.C., la región pasó a estar dominada por comunidades mayoritariamente árabes.

Consolidación árabe-musulmana (siglo VII en adelante):

Con la llegada del Islam en el siglo VII, los árabes locales adoptaron mayoritariamente esta fe, consolidando la cultura islámica en la región.

Los palestinos desarrollaron un fuerte vínculo cultural, religioso y económico con la tierra, practicando principalmente la agricultura.

Periodo otomano (1517-1917):

Durante el dominio otomano, la población palestina era diversa, compuesta por musulmanes, cristianos y una pequeña comunidad judía. Vivían en relativa convivencia, con fuertes conexiones comunitarias locales.

Aunque se consideraban parte del sistema otomano, los palestinos mantenían una identidad local y territorial basada en sus tradiciones y vínculos históricos con la tierra.

Antes de la inmigración judía promovida por el movimiento sionista en el siglo XIX, la población palestina estaba compuesta mayoritariamente por árabes que vivían en aldeas y practicaban una economía agrícola. Estos pueblos tenían una fuerte conexión con la tierra y las tradiciones locales, lo que más tarde alimentaría la resistencia a la colonización sionista y a los planes de partición.

3. El Holocausto y la creación del Estado de Israel

Impacto del Holocausto

La Segunda Guerra Mundial y el Holocausto (1941-1945) jugaron un papel fundamental en el impulso para la creación del Estado de Israel. La persecución y exterminio de aproximadamente seis millones de judíos por parte del régimen nazi generó una presión moral y política para garantizar un hogar seguro para el pueblo judío.

Apoyo internacional:

En 1947, la Asamblea General de la ONU aprobó la Resolución 181, que proponía la partición de Palestina en dos Estados: uno judío y otro árabe, con Jerusalén bajo administración internacional.

Los árabes palestinos y los países vecinos rechazaron el plan, argumentando que favorecía desproporcionadamente a la comunidad judía.

La fundación del Estado de Israel (1948)

La declaración de independencia de Israel el 14 de mayo de 1948 desencadenó la primera guerra árabe-israelí. Como resultado, cientos de miles de palestinos fueron desplazados, un evento conocido como la Nakba (catástrofe), que marcó el inicio del conflicto contemporáneo.

4. Las fronteras trazadas y los conflictos persistentes

Impacto de las fronteras artificiales

Las fronteras establecidas durante la descolonización no respetaron las realidades históricas ni las identidades de los pueblos que habitaban la región. Esto provocó:

Tensiones étnicas y religiosas dentro de los nuevos Estados.

Rivalidades regionales que facilitaron la injerencia extranjera y las guerras locales.

En el caso de Palestina, las tensiones fueron exacerbadas por:

El mandato británico: Que permitió la inmigración judía masiva mientras reprimía las demandas de independencia árabe.

La resolución de partición de la ONU: Que otorgó un 55% del territorio a los judíos, a pesar de que solo representaban el 33% de la población.

5. El conflicto contemporáneo: Israel y Palestina

Políticas israelíes en los territorios ocupados

Asentamientos en Cisjordania:

Israel ha construido cientos de asentamientos en territorios ocupados desde 1967, desplazando a familias palestinas y consolidando su control territorial.

Según el derecho internacional, estos asentamientos son ilegales, pero Israel los justifica por razones históricas y de seguridad.

Bloqueo de Gaza:

Desde 2007, Israel impone un bloqueo total sobre Gaza, restringiendo el movimiento de personas y bienes. Esto ha llevado a una crisis humanitaria severa, con escasez de alimentos, agua potable y electricidad.

Violencia desproporcionada:

Las operaciones militares israelíes en Gaza han causado miles de muertes civiles. Aunque Israel argumenta que sus ataques son en respuesta a cohetes lanzados por Hamás, organizaciones como Amnistía Internacional han denunciado violaciones al derecho internacional humanitario.

Resistencia palestina

Hamás y su papel en Gaza:

Hamás, considerado un grupo terrorista por Israel y varios países, gobierna Gaza desde 2007. Sus ataques con cohetes hacia Israel también constituyen crímenes de guerra.

Su presencia complica las negociaciones de paz y justifica las acciones militares de Israel.

Divisiones políticas:

La rivalidad entre Hamás y la Autoridad Nacional Palestina (ANP) ha debilitado la causa palestina, impidiendo una respuesta unificada frente a Israel.

6. Declaraciones, corrupción y políticas controvertidas

Liderazgo israelí y casos de corrupción

Corrupción y distracciones políticas:

El actual primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, ha enfrentado múltiples acusaciones de corrupción, incluyendo sobornos, fraude y abuso de confianza. Algunos críticos señalan que su enfoque en el conflicto con Gaza sirve para desviar la atención de estos casos.

La influencia de los grupos ultraortodoxos en la política israelí es otro factor destacado, ya que su poder ha condicionado decisiones clave, desde políticas sociales hasta las negociaciones de paz.

Declaraciones:

Bezalel Smotrich, ministro de Finanzas, declaró en 2023: “No existe el pueblo palestino”.

Itamar Ben-Gvir, ministro de Seguridad Nacional, ha afirmado que “los derechos de los judíos son más importantes que los de los árabes”.

Declaraciones:

Bezalel Smotrich, ministro de Finanzas, declaró en 2023: “No existe el pueblo palestino”.

Itamar Ben-Gvir, ministro de Seguridad Nacional, ha afirmado que “los derechos de los judíos son más importantes que los de los árabes”.

Políticas:

La Ley del Estado-Nación (2018) define a Israel como el hogar nacional exclusivo del pueblo judío, lo que refuerza las denuncias de discriminación contra los ciudadanos árabes.

Liderazgo palestino y casos de corrupción

Discursos polarizantes:

Algunos líderes palestinos han rechazado soluciones de paz basadas en la coexistencia, lo que alimenta la narrativa de que no buscan la paz.

Corrupción y falta de representación:

Tanto Hamás como la ANP han sido criticados por corrupción interna. Hamás ha enfrentado denuncias sobre el uso indebido de recursos destinados a ayuda humanitaria, mientras que la ANP ha sido acusada de nepotismo y falta de transparencia.

Estas prácticas han erosionado la confianza de los palestinos en sus líderes, debilitando la unidad necesaria para avanzar hacia una solución justa al conflicto.

Tanto Hamás como la ANP han sido criticados por corrupción y por no representar los intereses de todos los palestinos.

7. Un paralelismo doloroso: ¿Un holocausto moderno?

El sufrimiento del pueblo palestino bajo las actuales condiciones en Gaza y Cisjordania ha llevado a algunos a comparar esta situación con un holocausto moderno. Aunque las motivaciones y los contextos son distintos, los efectos devastadores sobre la población civil palestina presentan paralelismos que merecen ser analizados.

Condiciones extremas y sufrimiento masivo

Crisis humanitaria en Gaza:

El bloqueo impuesto por Israel desde 2007 ha restringido severamente el acceso a alimentos, agua potable, medicinas y electricidad. Según informes de la ONU, Gaza es descrita como "inhabitable" debido a las condiciones extremas que afectan a más de dos millones de personas.

Las operaciones militares recurrentes han causado miles de muertes civiles, incluyendo mujeres y niños, además de la destrucción de hospitales y escuelas.

Desplazamientos forzados en Cisjordania:

La expansión de asentamientos y las demoliciones de viviendas han desplazado a cientos de miles de palestinos, generando un sufrimiento prolongado y una sensación de desarraigo similar al vivido por otros pueblos en la historia.

Comparación con el Holocausto

Aunque el Holocausto fue un genocidio sistemático y premeditado para exterminar al pueblo judío, las condiciones que enfrentan los palestinos en la actualidad reflejan un patrón de opresión y negación de derechos fundamentales que evoca la memoria de tragedias pasadas. Estas comparaciones subrayan la urgencia de buscar soluciones basadas en el respeto a los derechos humanos y la dignidad de todas las comunidades.

8. Reflexiones finales

El conflicto israelo-palestino es un reflejo de los errores cometidos durante la descolonización del Oriente Medio y las dinámicas geopolíticas que siguieron. La imposición de fronteras artificiales, combinada con la falta de soluciones justas, ha perpetuado un ciclo de violencia y desplazamiento.

Para abordar el conflicto de manera justa y sostenible, es esencial reconocer:

El sufrimiento histórico de los judíos y los palestinos: Ambas comunidades tienen reclamos legítimos que deben ser respetados.

La responsabilidad internacional: Las potencias que trazaron estas fronteras y las que hoy respaldan a las partes en conflicto deben trabajar para fomentar un acuerdo basado en el respeto a los derechos humanos.

El camino hacia la paz requiere reconocer la historia compartida de esta región y construir un futuro donde ambos pueblos puedan coexistir en igualdad y seguridad.